Los esturiones son uno de los recursos silvestres más valiosos del planeta. Estos peces del hemisferio norte se encuentran en grandes sistemas fluviales, lagos, aguas costeras y mares internos en Azerbaiyán, Bulgaria, China, Federación de Rusia, Kazajstán, República Islámica del Irán, Rumania, Turkmenistán, Turquía, Ucrania y otros países de Europa y América del Norte. Para las personas en todo el mundo, el caviar, es decir, las huevas no fecundadas de esturión, es un manjar exquisito. Para los Estados del área de distribución, los esturiones son una importante fuente de ingresos y de empleo, así como un elemento importante del suministro nacional de alimentos. Las tendencias actuales en la captura y el comercio ilegales constituyen un riesgo para todos esos beneficios.
Desde 1998 el comercio internacional de todas las especies de esturión está reglamentado por la CITES, debido a las preocupaciones sobre el impacto de la explotación no sostenible y el comercio ilegal de las poblaciones de esturión en el medio silvestre. La situación en el mar Caspio, donde se produce la mayor parte del caviar mundial, se volvió francamente preocupante tras el desmoronamiento de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, que se tradujo en el colapso total de los sistemas de gestión y control. La sobreexplotación resultante de las poblaciones de esturión condujo a que se reconociese la imperiosa necesidad de evitar una mayor disminución y reestablecer las poblaciones de las especies. A fin de lograr este objetivo, la tasa de explotación no debe sobrepasar la capacidad de regeneración de las especies. En otras palabras, debe reglamentarse el comercio de estas especies a fin de evitar la sobreexplotación.
Cuando se puso de manifiesto la disminución de las poblaciones de esturión en la 10ª reunión de la Conferencia de las Partes (Harare, 1997), las Partes decidieron reglamentar el comercio internacional de esturión. Esta fue una importante medida para garantizar la conservación a largo plazo y una gestión más adecuada de la especie, que es crucial si queremos preservar este recurso para las generaciones futuras.
Para proceder al comercio internacional de todos los esturiones y de las partes y derivados de los mismos (por ejemplo, caviar, carne, piel, etc.) es preciso contar con permisos y certificados CITES. El sistema de permisos establecido por la CITES permite reglamentar el comercio y hace que sea más fácil determinar el origen de cualquier envío de caviar. Asimismo, en su 11ª reunión (Gigiri, 2000), la Conferencia de las Partes recomendó la introducción de un sistema universal de etiquetado del caviar con miras a ayudar a las Partes a identificar el caviar legal en el comercio.
No obstante, la inclusión de las especies de esturión en los Apéndices de la CITES fue sencillamente la primera medida para reglamentar y mantener las poblaciones de esturión, a fin de garantizar que su comercio internacional era sostenible. Las Partes en la CITES reconocieron que la inclusión no sería suficiente en sí misma y desde 1998 se han desarrollado y mejorado diversas iniciativas de gestión de la conservación, entre otras, los programas de gestión de la pesca, la mejora de la legislación, el fomento de acuerdos regionales, el desarrollo de sistemas de marcado, la acuicultura y el control del comercio ilícito. En la actualidad estas iniciativas figuran en la Resolución Conf. 12.7 (Rev. CoP13).
Examen del comercio significativo de la CITES
El examen del comercio significativo es el mecanismo de la Convención para tomar medidas correctivas cuando hay razones para pensar que una especie del Apéndice II es objeto de niveles significativos de comercio sin la debida aplicación de las disposiciones de la Convención. Si se aplica correctamente, este proceso constituye una red de seguridad de la Convención, al garantizar que la especie se explota de forma sostenible. Este proceso, enunciado en la Resolución Conf. 12.8 (Rev. CoP13), es aplicado por los Comités de Fauna y de Flora.
En la Resolución Conf. 10.12 y ulteriormente en la Resolución Conf. 10.12 (Rev.) se encarga al Comité de Fauna que incluya los Acipenseriformes (esturiones y espátulas) en su examen del comercio significativo. De este examen se desprendió que varias especies de esturión eran objeto de explotación no sostenible en diversas zonas, principalmente debido a la pesca ilegal. Otras especies se estaban pescando a su límite biológico y se estimó que serían vulnerables a cualquier disminución, a menos que se pusiesen en práctica planes de gestión y una considerable reducción de la captura. Este examen, que se basó en gran medida en la información proporcionada por los propios Estados del área de distribución, puso de relieve una pauta clara de disminución de la producción de las poblaciones de esturiones del mar Caspio y del mar Negro que requería atención inmediata.
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